Me asomo a la ventana para ver si ha amainado la tormenta. Me quedo
absorto mirando las sombras que se forman por el efecto del viento sobre las
ramas de los árboles. Inesperadamente un fuerte golpe hace añicos la
cristalera, el impacto me hace tambalear y caer hacia atrás, lo que provoca que
me dé un fuerte porrazo en la cabeza.
Atontado me levanto y miró hacia el exterior de la casa para ver que ha
causado los daños. Si me ha encontrado no tendré tiempo para arreglar los
desperfectos y evitar que entre, tendré que
prepararme para pelear. El aire irrumpe con fuerza por el hueco que ha quedado
en el cristal, por un momento no logró diferenciar entre el ruido que provoca
la corriente y el gruñido a mi espalda. Eso pocos segundos, me cuestan la vida.
No comments:
Post a Comment